Los dos peligros para los coches diésel tras el confinamiento
Valga decir que lo primero es recomendar una revisión rápida tras el confinamiento para evitar peligros si tienes un diésel, pero también si conduces un coche de gasolina. Para empezar, porque a las máquinas en general no le sientan nada bien los periodos largos de inactividad y además de alguna puerta que chirríe, puedes tener suciedad tapando las salidas de los limpias, como efectos menos dañinos del parón.
Sin embargo, hay dos peligros específicos de los coches diésel tras el confinamiento actual y el primero de ellos es bien conocido, y temido, por los conductores de bien. Se trata del filtro de partículas, la pieza acoplada al sistema de escape y que evita que la inmensa mayoría de las partículas de hollín que genera la quema del diésel escapen a la atmósfera.
Como ya ha constatado el Race en este hilo de su cuenta de twitter, desde que empezó la cuarentena, han aumentado los servicios de asistencia a vehículos diésel con un problema en el filtro de partículas. Si este se avería, el coche seguirá funcionando, pero puede no arrancar después y, mucho antes de un fallo total, en el cuadro de luces se enciende un testigo naranja con forma de serpentina o de puntitos, que a veces va dentro de un rectángulo.
Esta pieza acumula las partículas hasta que, de cuando en cuando, tiene que incinerarlas y expulsar el resultado en forma de nube de humo negro. Pero para ello, el motor debe alcanzar cierta temperatura y darle tiempo a añadir más cantidad de diésel a la mezcla para subir también la temperatura de los gases de escape hasta los 600 grados.
Esto no ha podido ocurrir en los típicos desplazamientos permitidos durante el Estado de Alarma, que habrán sido siempre de corto recorrido. Pero, lo que es mucho peor, si tu coche diésel ha tratado de iniciar este procedimiento porque el filtro de partículas estaba ya lleno, al no haber alcanzado el tiempo de desplazamiento mínimo necesario, este se habrá interrumpido.
Si esto sucede tres veces consecutivas, la avería en el filtro de partículas está prácticamente asegurada. De ahí que estén aumentando las asistencias a coches diésel durante el confinamiento y subirán al final de este si sus conductores, cuando ya se pueda hacerlo, no los llevan directamente a rodar media hora por autopista en cuanto los arranquen.
La semana pasada, ACEA, la patronal de los fabricantes europeos de coches, lanzó un doble aviso sobre los peligros de la gasolina para los coches tras el coronavirus ante la sospecha de que varios países barajan mezclar el diésel con combustible de aviación para liberar de stock a las distribuidoras.
Huelga decir que los aviones no vuelan, luego el queroseno que utilizan lleva un mes acumulado en los tanques. Sin embargo, como alerta ACEA, el combustible de avión no puede emplearse en los coches diésel porque contiene un nivel de azufre muy superior al permitido en la automoción desde hace varias décadas.
Y si no lo crees, quizá te hierva la sangre saber que el límite de azufre para el diésel de automoción es de menos de 10 mg/kg según la directiva EN 590. Sin embargo, el combustible de los aviones tiene 3.000 mg/kg. Sin embargo, este riesgo para los coches diésel tras el confinamiento no solo es por el medioambiente, el azufre puede alterar y estropear, precisamente, los sistemas de tratamiento de gases de los coches de gasóleo.
Aquí, ACEA ha extendido la alerta también a autobuses y camiones, que utilizan las mismas tecnologías de reducción de emisiones. Las consecuencias de mezclar diésel con combustible de avión serán catastróficas para el coche: falta de lubricación de las partes internas del motor, indicadores del cuadro de mandos que daría error y daño irreversible del catalizador, los filtros, sensores y los sistemas de inyección de combustible.
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